Categoría | Precio | Disponible* |
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Normal | 12,00 | 210 |
Infantil | 6,00 |
* Nº aproximado de entradas disponibles
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Un cuento para la recuperación de la memoria de la cultura popular sarda a través de rimas infantiles, los proverbios, los sonidos y las canciones; el ritmo del relato y las formas de contar de los Mastros y Mastras ‘e contascias (maestros de cuentos). La puesta en escena inventa una forma que estimula la imaginación de niños y niñas, que divierte y que al mismo tiempo hace reconocer los signos particulares de nuestro pasado para recuperar nuestra identidad.
Una familia pobre: una madre y dos hermanas, una de ellas llamada Estrellita, amable y buena como el pan recién horneado, y la otra llamada Pepita, antipática y malintencionada.
Un día la madre se encontró en la necesidad de pedir prestado a alguien del vecindario un trozo de jabón, pero en la zona solo había el palacio del Rey Gatón, que era un tipo difícil de tratar.
Se acercó primero a Pepita, quien groseramente se negó a ir; sin embargo, Estrellita aceptó el encargo sin vacilar. En su viaje, Estrellita se encontró primero con varios personajes muy peculiares y cuando finalmente llegó al palacio, conoció a una gatita que se esforzaba por lavar el suelo sin éxito y decidió ayudarla; luego encontró a dos gatitas que no conseguían hacer una enorme cama, y también se prestó a hacer el trabajo por ellas; en una tercera habitación se encontró con tres
gatitos que no podían preparar el pan para hornear, y Estrellita lo preparó todo por ellos: finalmente fue admitida en la habitación del Rey Gatón, quien la recompensó generosamente por su buen comportamiento. Al regresar a casa, no se puede describir el asombro de Pepita y su madre por los regalos que Estrellita había recibido.
Le pidieron que les contara todo, y al final la mujer decidió que Pepita también debería intentar ir al palacio del Rey Gatón para pedir prestado jabón, y así lo hizo, pero fue grosera y maleducada, y no solo no ayudó a las gatitas, sino que fue tan descortés con todo el mundo que, al final, recibió... una recompensa adecuada de parte del Rey Gatón.